Medición Neta:
Una Mejor Solución para Todos — No Solo para Propietarios de Paneles Solares
La medición neta es una de las políticas más efectivas para expandir la energía solar en techos y avanzar hacia un sistema energético más limpio y resiliente. A pesar de los esfuerzos de las empresas de servicios públicos por debilitar la medición neta al llamarla un "traslado injusto de costos", la realidad es que la energía solar beneficia a todos los usuarios, incluyendo a aquellos que no tienen paneles solares en sus techos.
Pero hay una razón más profunda por la que las empresas de servicios públicos están atacando la medición neta: amenaza su monopolio.
Cuando una casa o negocio genera más energía solar de la que necesita, el exceso de electricidad fluye de regreso a la red, ayudando a satisfacer la demanda eléctrica local. A cambio, el propietario del sistema solar recibe un crédito en su factura de electricidad, que compensa el consumo futuro cuando el sol no está brillando. Este sistema garantiza que los clientes solares reciban una compensación justa por la energía que aportan a la red, reduciendo la necesidad de construir costosas nuevas plantas de energía y líneas de transmisión.
¿Pero qué pasa con quienes no tienen energía solar? ¿Están subsidiando injustamente a los clientes solares? Las empresas de servicios públicos afirman que la medición neta traslada costos a los clientes sin solar, pero este argumento es falso: un intento engañoso de justificar políticas que protegen las ganancias de las empresas mientras socavan el avance de la energía limpia.
Las empresas de servicios públicos no solo están preocupadas por la transferencia de costos, sino por perder el control.
Durante más de un siglo, las grandes empresas de servicios públicos han operado como monopolios, entidades centralizadas que poseen las plantas de energía, controlan las líneas de transmisión y deciden cómo llega la electricidad a los clientes. Pero más energía solar en los techos significa una energía más descentralizada, y eso debilita su control sobre el sistema.
Cada panel solar instalado en un techo da a las personas y comunidades más control sobre su energía, reduciendo la dependencia de las grandes empresas de servicios públicos. Este cambio hacia la democracia energética, donde la gente genera su propia electricidad y la comparte localmente, debilita el modelo de negocio monopolista en el que las empresas de servicios públicos han confiado durante décadas.
En lugar de adaptarse, las empresas de servicios públicos están reescribiendo las reglas para mantener el control.
Esto no se trata de equidad, sino de preservar las ganancias corporativas a costa de los consumidores.
Si las empresas de servicios públicos realmente estuvieran preocupadas por los “traslados de costos”, abordarían los subsidios mucho mayores y de larga data que afectan desproporcionadamente a los consumidores residenciales:
Los grandes clientes industriales y comerciales generan enormes aumentos en la demanda de electricidad, lo que obliga a las empresas de servicios públicos a expandir plantas de energía, subestaciones y líneas de transmisión. Sin embargo, son los clientes residenciales quienes principalmente financian estas expansiones a través de sus tarifas eléctricas, aunque no se beneficien de ellas. ¿Por qué las empresas de servicios públicos no llaman a esto un traslado de costos injusto?
Proveer electricidad a los clientes rurales cuesta significativamente más, ya que están más dispersos y requieren más postes, cables y mantenimiento por cliente. Sin embargo, los clientes urbanos y rurales pagan las mismas tarifas, lo que significa que los habitantes de la ciudad están, en efecto, subsidiando el servicio eléctrico en las zonas rurales. Si las empresas de servicios públicos fueran coherentes, aplicarían su lógica del “traslado de costos” aquí también, pero no lo hacen porque es una práctica común en toda la industria.
La mayoría de las empresas de servicios públicos cobran a los clientes residenciales una tarifa base fija, sin importar cuánta electricidad consuman. Esto significa que los usuarios de baja energía (a menudo hogares de bajos ingresos) terminan subsidiando a los usuarios de alta energía (frecuentemente hogares más ricos con casas más grandes, albercas y más electrodomésticos). Si las empresas de servicios públicos realmente estuvieran preocupadas por la equidad, estructurarían las tarifas para reflejar la verdadera carga que cada cliente impone a la red.
En lugar de culpar a los propietarios de sistemas solares en los techos, las empresas de servicios públicos deberían adoptar mejores soluciones que realmente distribuyan los costos y beneficios de manera justa, como:
En todo el país, los estados están revisando sus políticas de medición neta, a menudo bajo la presión de los monopolios de servicios públicos que buscan debilitar los incentivos solares. En California, por ejemplo, la decisión de NEM 3.0 redujo drásticamente el valor de las exportaciones solares, dificultando que las familias justifiquen la instalación de paneles solares. Otros estados están siguiendo el mismo camino.
Pero en lugar de recortar la energía solar en los techos, los estados deberían expandir la medición neta y recompensar a las familias que invierten en energía limpia. Si las empresas de servicios públicos pueden cobrar a los clientes por la expansión de infraestructura para instalaciones industriales y centros de datos, entonces los clientes solares merecen una compensación justa por la energía que aportan.
La medición neta no es una carga injusta; es una mejor solución que fortalece la red, reduce costos y disminuye la contaminación. Los verdaderos traslados de costos en el sistema energético provienen de prácticas obsoletas de las empresas de servicios públicos que favorecen a las grandes corporaciones sobre los clientes comunes.
Las empresas de servicios públicos no quieren perder el control del sistema energético, por eso luchan contra la energía solar en los techos. Pero la democracia energética está creciendo, y cada vez más personas exigen políticas justas que beneficien a todos, no solo a los monopolios de servicios públicos.
Necesitamos luchar por políticas que expandan la energía solar y protejan la medición neta, en lugar de permitir que las empresas de servicios públicos impongan falsas soluciones que nos mantengan atrapados en una red costosa, centralizada y dependiente de los combustibles fósiles.
03/11/2025 – Este artículo ha sido escrito por el equipo de FalseSolutions.Org
