Captura y almacenamiento de carbono

La tecnología de captura de carbono es peligrosa, costosa, y simplemente no funciona

Ante la escalada de desastres climáticos y la necesidad urgente de reducir las emisiones de carbono, el concepto de captura y almacenamiento de carbono (CAC) ha ganado considerable atención. Sin embargo, es crucial ver a través del humo y los espejos de la propaganda de la industria y reconocer las verdaderas consecuencias de esta supuesta solución.

Las promesas hechas por los líderes de la industria y los políticos que defienden la captura de carbono como una panacea para el cambio climático no son más que una estafa elaborada. Lejos de ser una herramienta eficaz para combatir la crisis ambiental, la CAC perpetuará y exacerbará la contaminación, particularmente en comunidades ya agobiadas por los efectos tóxicos de la energía sucia.

Carbon Capture facility

Los defensores de la captura de carbono afirman que la tecnología puede atrapar y eliminar las emisiones de carbono de las chimeneas o incluso directamente de la atmósfera. Se han asignado miles de millones de dólares para desarrollar y desplegar la captura de carbono, con promesas de mitigar el cambio climático. Sin embargo, la realidad está lejos de la imagen color de rosa de la industria.

El historial de las corporaciones cuando se trata de bombear sustancias bajo tierra está lejos de ser tranquilizador. Las compañías de petróleo y gas inyectan rutinariamente aguas residuales de perforación en las profundidades de la tierra, lo que resulta en fugas y contaminación del agua de pozo. Además, las propias instalaciones de captura de carbono no utilizan principalmente el carbono capturado para su uso final previsto de almacenamiento. Sorprendentemente, el 95% del carbono capturado se inyecta en viejos pozos de petróleo y gas para mejorar la recuperación de petróleo, perpetuando nuestra dañina dependencia de los combustibles fósiles

Además, la captura de carbono es un proceso increíblemente intensivo en energía, que, cuando se combina con las emisiones de los combustibles fósiles, ha llevado a un aumento neto de las emisiones en lugar de una disminución. Los proyectos fallidos de captura de carbono ya han costado a los contribuyentes miles de millones de dólares, lo que supone una carga adicional para la economía sin cumplir con los beneficios ambientales prometidos.

 

La Captura de Carbono es un Despilfarro

Los peligros de la captura de carbono van más allá de su ineficacia en la lucha contra el cambio climático. Este esquema sirve como una táctica engañosa de lavado verde para varias fuentes de energía sucia, como el etanol. Se ha demostrado que la industria del etanol de maíz, promocionada como una fuente de combustible "renovable", es un 24% más intensiva en emisiones que la gasolina. Además, contribuye a una serie de problemas, incluidos los precios inflados del maíz y las prácticas agrícolas industriales insostenibles.

Lamentablemente, la captura de carbono ya ha encontrado su camino en la industria del etanol, lavándola aún más. Se están planificando extensas redes de tuberías para transportar CO2 desde las instalaciones de etanol y fertilizantes para su inyección en el suelo. Esto significa que la captura de carbono, en lugar de abordar las causas fundamentales de la contaminación, reforzará y prolongará la existencia de numerosas fuentes de energía sucia.

La industria de los combustibles fósiles está adoptando con entusiasmo la captura de carbono para revivir las plantas de carbón y gas fracturado, así como para unirla a la generación de energía de hidrógeno derivada del gas fracturado. Al explotar la captura de carbono como una tapadera, las corporaciones en todo el sector de la energía sucia pueden continuar emitiendo contaminantes dañinos, poniendo en peligro la salud y la seguridad públicas.

 

La Captura de Carbono Afianza la Industria Peligrosa en Comunidades Vulnerables

Si la industria de los combustibles fósiles se sale con la suya, la captura de carbono someterá a las comunidades de primera línea a aún más contaminación y riesgos ambientales. Somos muy conscientes de que la proximidad a las centrales eléctricas de combustibles fósiles pone a los niños en mayor riesgo de asma y enfermedades respiratorias. Además, las operaciones de fracking liberan productos químicos tóxicos en el aire y el agua, lo que representa graves riesgos para la salud.

La implementación de la captura de carbono requeriría un desarrollo masivo de infraestructura, lo que, a su vez, traería consecuencias devastadoras para las comunidades cercanas. Las experiencias pasadas con las tuberías han demostrado que pueden perturbar las comunidades, filtrar CO2 inodoro e incoloro y desplazar el oxígeno, poniendo en peligro vidas humanas. Ya ha habido incidentes que han resultado en hospitalizaciones y graves daños ambientales.

 

La Ilusión de la Captura de Carbono: Comprometiendo Soluciones Reales

Seamos claros: la captura de carbono no es la solución a nuestra crisis climática. Al desviar la atención y los recursos de soluciones genuinas y audaces, como la energía renovable y la eficiencia energética, prolongamos la era de los combustibles fósiles y retrasamos la transición crucial hacia un futuro sostenible.

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