El impulso por aumentar la perforación de petróleo y gas en EE. UU. se está vendiendo como la solución para el crecimiento económico y la independencia energética. Pero este enfoque anticuado es una falsa solución que ignora el panorama general. El mundo avanza hacia fuentes de energía más limpias, económicas y sostenibles, y EE. UU. corre el riesgo de quedarse atrás.
Durante la última década, el fracking y el petróleo de esquisto impulsaron la producción de energía en EE. UU., convirtiendo al país en uno de los principales productores a nivel mundial. Pero ese auge se está desvaneciendo. La producción de esquisto alcanzó su punto máximo en noviembre de 2023 y comenzó a disminuir en 2024. Los mejores sitios de perforación ya han sido explotados, y los nuevos pozos son menos productivos. Incluso las principales compañías petroleras admiten que la economía de la perforación ya no es rentable, con la caída de los precios del petróleo y el aumento de los costos de extracción. La desregulación no cambiará esta realidad.
Mientras tanto, países como China están avanzando rápidamente en la revolución de la energía limpia. China está invirtiendo fuertemente en tecnologías solares, eólicas y de baterías, convirtiéndose en el líder mundial en energía renovable. Solo el año pasado, China instaló más capacidad solar de la que EE. UU. ha instalado en toda su historia. Producen más del 80% de los paneles solares del mundo y controlan la mayor parte de la producción de baterías y el refinado de minerales críticos.
Mientras EE. UU. redobla su apuesta por el petróleo y el gas, China está consolidando su liderazgo en tecnología limpia. Esto no se trata solo del medio ambiente; se trata de dominio económico. Se espera que la demanda global de petróleo caiga significativamente en la próxima década, a medida que más países adopten la energía renovable y los vehículos eléctricos. Apostar por los combustibles fósiles ahora es como invertir en carruajes tirados por caballos después de la invención del automóvil.
El reciente retroceso de las políticas climáticas y la financiación de la energía verde en EE. UU. es un paso en la dirección equivocada. Al retirarse de la carrera por la tecnología limpia, América está perdiendo la oportunidad de adoptar soluciones mejores que no solo protegen el planeta, sino que también crean empleos, impulsan la economía y fortalecen la seguridad nacional. La energía limpia no solo es buena para el medio ambiente, también es buena para los negocios.
En lugar de aferrarse a fuentes de energía obsoletas, EE. UU. debería invertir en soluciones efectivas como la solar, la eólica y el almacenamiento en baterías. Estas tecnologías son cada vez más baratas y eficientes, superando a los combustibles fósiles en muchas partes del mundo. Apoyar estas industrias garantizará que EE. UU. siga siendo un líder global, no solo en energía, sino también en innovación y crecimiento económico.
La transición energética está ocurriendo, nos guste o no. La pregunta es: ¿liderará EE. UU. el camino o nos quedaremos atrás mientras otros aprovechan las oportunidades del futuro? Es hora de dejar atrás las falsas soluciones y adoptar el futuro de la energía limpia.
02/04/2025 – Escrito por el equipo de FalseSolutions.org